Tú, en una lejana playa
de cobriza arena y mar azul
arde una hoguera abandonada
trocados en horizonte tus ojos
los suspiros en cenizas se apagan.
Yo, en una ciudad distante
que titila en luces encendiéndose
la claridad dama despechada
desviste las casas lentamente
y el aire tibio de la tarde
deja paso a las caricias
de una noche entrante.
Se tornan sombras mil espacios
antes vestidos con cálidos colores.
Las florecillas estelares
danzantes en el firmamento
invaden mis ojos.
Dentro de mi un soplo
tu recuerdo se desparrama
en lluvia transparente pintando
azules rincones en mi alma.
Tu sonrisa como fantasma
visita mi desvelo,
en tu ausencia me pierdo.
Me envuelven los colores de la tarde
naranjas, rojos y violetas
se trastocan en penumbras,
y las farolas en las callecitas
se ruborizan en estelas de oro.
Algún cochero nocturno
ilumina su rostro
con la llama de un cigarro.
Me envuelven los colores de la noche
respiro en tonos grises y sepias
el universo todo vibra en este instante.
Pero hoy, estoy sola aquí,
al son del ocaso
visto de luna solitaria,
siento,
y en un sentir me desvivo:
solo tú me faltas.-
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