Rogábale yo a mi Señor
En mis sagradas preces
"Da tu mi Dios, a mí, el amor
Que por bueno me merece."
Le decía yo en mi ruego:
Que sea muy hermosa
Con su boquita carnosa
Y su amor fuera de fuego
De perlados dientes incisivos
De generoso pecho
Siempre dispuesta al lecho
Complaciente de mi amor obsesivo
que poco o nada pida,
y con poco la pueda mantener.
Tampoco me sea ofensiva
en mis llegadas al amanecer.
Calmada, y representativa
con aires de hermosa diva
entre otros atributos ha de tener.
Que sus ojos sean por donde miro
y sea el complemento del amor
por el cual eternamente suspiro.
Que me sea siempre fiel
que a más nadie mire
y que en vez de amarguras
solo y por mí suspire
y me obsequie noches de miel,
y contestó mi Dios al momento:
"Deja tu triste preocupación
aleja tu insaciable pedimento,
pues te complazco, expedito
y además en forma amable
regalandote una bella mujer inflable.
y para que nadie de ti especule
será resistente, de fuerte hule."
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